La política económica de la eurozona para frenar la crisis no ha sido la más adecuada. Sus obsoletas herramientas habituales han demostrado su inutilidad para resolver los problemas actuales, metiendo la economía europea en un período de estancamiento que dificulta volver a sendas que ayuden a recuperar la cohesión social y a disminuir las brechas de desigualdad. No han servido para situar la política y la macroeconomía al servicio del interés ciudadano, que no es otro que el del crecimiento y el empleo.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados