No es Un día perfecto una película que pretenda provocar una catarsis emocional con hoja de ruta, aunque sí que tiene su energía y su emoción precisamente en la carretera (motion is emotion, venía a decir Douglas Sirk). En ella, Fernando León de Aranoa y Alex Catalán unen fuerzas para contar una historia de trabajadores humanitarios en una zona de guerra (la Bosnia-Herzegovina de 1995 recreada en el Alquife de Granada, Sierra Nevada y Cuenca), y lo hacen a través de un reparto internacional en el que destacan las figuras de Benicio Del Toro, Mélanie Thierry y Tim Robbins, quienes dan vida a unos personajes que se caracterizan por su compromiso, vigor y energía, cualidades qeu también se pueden predicar de una película de excusa argumental mínima, pero de alcance universal.
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