Es necesario observar cuidadosamente la boca de la mujer embarazada cuando ésta acuda a consulta, ya que puede abrigar un foco activo o latente de infección; si este es el caso, no hay que temer efectuar las extracciones necesarias, ya que el riesgo a correr es pequeño si lo comparamos con las complicaciones de una infección aguda. Se recomienda abstenerse de todas las operaciones superfluas (coronas de oro, Richmond, Jakett, puentes, etc.), así como no intervenir durante el tercero y séptimo mes, ni durante los días del resto de los meses en los que las reglas se hubiesen producido.
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