La conservación de la pulpa descubierta puede lograrse si ésta se halla en condiciones favorables. Jamás debe estar expuesta clínicamente a fenómenos inflamatorios. La parte descubierta debe ser mínima y rodeada de dentina clínicamente sana. Para poder conservar su vitalidad y evitar gangrenas ulteriores, debe hallarse al abrigo de todo contacto exterior mediante una obturación hermética y antiséptica, pero no cáustica ni irritante. La sustancia obturadora no debe ejercer la menor presión, ni en el momento de su aplicación ni en lo sucesivo. El empleo de una cupulilla metálica u otro procedimiento similar es inútil y complica el resultado de la operación.
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