La inyección de novocaína, a pesar de ser éste el anestésico mejor tolerado por los tejidos, supone siempre un trauma o lesión inevitable. La experiencia ha comprobado que la adición de azul de metileno, rivanol o tripaflavina daña más que benefician los tejidos, especialmente si la mezcla es inyectada con rapidez. Además, la acción desinfectante se pierde al ser empleada esta sustancia en diluciones.
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