Resumen de Bosquejo de estudio antropológico en su relación con nuestra especialidad.
La arquitectura del cráneo se basa en la influencia de la presión interna del encéfalo y la externa de la musculatura, alcanzando su forma definitiva a los veinte años; a la configuración externa del cráneo no puede atribuirse ni significación fisiológica ni psicológica; tampoco existen datos precisos que puedan, por la superficie del cerebro, determinar si un individuo pertenece o no a un pueblo salvaje. Al esqueleto de la cara está ligado, en lo esencial, la formación facial. Los puntos antropométricos importantes son los que se encuentran situados en cráneo y cara; dichos puntos se relacionan con otros óseos situados bajo la piel, y en algunos casos se hayan cubiertos por el tejido muscular o adiposo. Los principales se denominan vertex, triquios, glabela, nasio, subnasal, estonio, gnatio y opistocranio. Los puntos antropométricos pares son: eurio, zigio, alar, tragio, superrural, subaural y preaural. En el cadáver encontramos otros puntos osteométricos: brema, lambda, opistio, basio, dacrio, ectoconquio, orbital, fronto-temporal, auricular y coronal. Los puntos de medida de la mandíbula inferior son el infra-dental, el pogonio y el gonio. Tienen muchísima importancia los planos craneales; en los fragmentos de cráneo se determinan con una recta que una el nasio o la glabela con el inio y equilibrando a ojo la inclinación transversal de los lados. Los instrumentos a emplear para ello son el calibrador, el compás de espesor, el antropómetro, el goniómetro de Mollison, y los cranioforos o soportes de cráneos.
