Para algunos autores, esta enfermedad se trata de un proceso de naturaleza tuberculosa; para otros, de naturaleza sifilítica. Se ha pensado también en una disfunción de las glándulas endocrinas. A veces se observa esta enfermedad congénitamente, y últimamente se pretende haber descubierto una relación con la encefalitis epidémica. Clínicamente se caracteriza por una hipertrofia de progresión lenta que queda perfectamente limitada a las glándulas salivares y lagrimales. El enfermo casi nunca nota dolores ni molestias subjetivas. La enfermedad tiene un curso eminentemente crónico, abarcando su duración varios años y siendo, en la mayor parte de los casos, progresiva. Descripción de un caso: historia clínica, antecedentes familiares y personales, tratamiento con radioterapia, etc.
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