El desaseo de la boca, el abuso del tabaco y del alcohol o la ingestión de determinados alimentos puede ser la causa de la fetidez del aliento; pero ésta puede también provenir de graves afecciones de la nariz o la garganta, de curación más o menos difícil y larga. El enfermo puede purificar su mal aliento con pastillas de menta o fumando cigarrillos impregnados en una solución de timol y alcohol; pero nada hará desaparecer radicalmente una fetidez que es sólo uno de los síntomas de la enfermedad.
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