Las afecciones de los maxilares no se circunscriben solamente a estos huesos; con frecuencia se extienden a los demás con que se relacionan. La zona mandibular y maxilar superior en que se divide el macizo maxilo-facial presenta cada una características anatómicas cuyas diferencias son de gran trascendencia para la sintomatología de sus afecciones. Algunas de ellas serán recordadas esquemáticamente. Presentamos varios casos que juzgamos interesantes, entre los que tenemos ejemplos de las principales formas de osteomielitis: bacteriana, tóxica, térmica y traumática; en todas se encuentra el elemento bacteriano.
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