Cuando damos por sentada la regla de Valderrama referente al entrecruzado no nos hace falta extendernos en consideraciones acerca de su verdad, porque es tan clara y fácil de comprobar que después de lo dicho por su autor es obvio insistir. Si el Sr. Valderrama ha afirmado que los dientes tienen entre sí una relación matemática no ha hecho más que recoger una impresión natural, puesto que si tal relación no existiera, sería imposible determinar las anomalías de tamaño y todos los casos serían tipos de oclusión, lo que es un absurdo.
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