La resistencia a la caries es debida al estado físico y a la composición química de los dientes; ambos pueden variar de un individuo a otro e incluso en los dientes de una misma persona. Se admite que hay una relación constante entre el estado físico de los dientes con su composición química, y que la densidad de los tejidos aumenta con la edad, que los dientes temporales son menos densos que los permanentes, y que la composición química de estos órganos sigue las oscilaciones de la densidad: es equiparada la naturaleza de los tejidos dentarios a la del tejido óseo y ambos admiten las mismas relaciones fisiológicas y patológicas.
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