Hace algún tiempo tuvo lugar el hallazgo de una mandíbula desenterrada en las cercanías de Heidelberg, a una profundidad de ochenta pies próximamente, en un lecho del período cuaternario inferior, o bien comprendido entre éste y el plióceno. La mandíbula en cuestión ha sido considerada como perteneciente al hombre más antiguo que conocerse pueda y acaso a un precursor del hombre.
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