El mal olor del aliento se deriva de fermentaciones anormales que se desarrollan en varios sitios del conjunto de las vías digestivas y respiratorias anteriores. En una boca sana con los dientes intactos las fermentaciones se producen con mucha dificultad porque los residuos alimenticios son reducidos al mínimo y además la acción ligeramente antiséptica de la saliva impide su descomposición pútrida.
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