No se deben practicar extracciones de incisivos y bicúspides enfermos de caries; sólo debe hacerse en aquellos casos en que el daño extra-alveolar es de tal importancia que requiere en absoluto el despejo del foco infeccioso que una caries antigua haya podido producir. Las raíces deben ser conservadas aunque hayan sufrido ciertas mutilaciones. Cinco casos que corroboran estas afirmaciones.
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