En este caso la paciente, una mujer de treinta años de edad y en periodo de lactancia del quinto hijo, padece dolores de un flemón; para calmarlos le es recetado medio gramo de antipirina, cuyos efectos desaparecen a las 4 ó 5 horas, razón por la que consume de nuevo la misma dosis. Debido a un error, la sustancia consumida es, en realidad, clorhidrato de cocaína. Lo curioso de este caso es que, al comenzar el consumo, se inicia un fenómeno de excitación propio de pequeñas intoxicaciones, y ya pasados cinco días se presentan los fenómenos intensos de los grandes envenenamientos.
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