Ante la presencia de una llaga tumefacta en la boca del paciente, así como de una placa rojiza hacia el ángulo interno del ojo, y de un infarto de los ganglios submaxilares, se diagnostica erisipela. Con anterioridad ha sufrido la extracción de una muela por lo que, con toda probabilidad, el mal ha sido inoculado a través de los instrumentos, lo que confirma la necesidad de una rigurosa antisepsia.
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