Indicaciones terapéuticas en odontología de los nuevos antibióticos macrólidos en acción prolongada

• Paul A. Moore ^[1]
  1. [1] University of Pittsburgh

     University of Pittsburgh

     City of Pittsburgh, Estados Unidos

     
• Localización: The Journal of the American Dental Association (Ed. española), ISSN 1138-7750, ISSN-e 1887-1402, Vol. 3, Nº. 4 (Julio-agosto), 2000, págs. 47-50
• Idioma: español
• Texto completo no disponible (Saber más ...)
• Resumen

  • Generalidades: En el tratamiento de las infecciones orales, los médicos han utilizado la eritromicina, un antibiótico de la familia de los macrólidos, como alternativa para el manejo de los pacientes con reacciones alérgicas demostradas a la penicilina. En este artículo, el autor informa acerca de su valoración sobre la farmacología de la eritromicina y de otros antibióticos macrólidos más modernos, así como de sus indicaciones en la prevención de la endocarditis bacteriana y de su posible utilización en las infecciones orales y dentales.

    Tipos de estudios revisados: El autor revisó la bibliografía más reciente sobre farmacología clínica, haciendo un especial hincapié en los artículos sobre la eficacia de estos antibióticos en el tratamiento de las infecciones odontológicas.

    Resultados: Los antibióticos análogos a la eritromicina comercializados actualmente en Estados Unidos son azitromicina, claritromicina y diritromicina. En comparación con la eritromicina, los tres antibióticos presentan mayor duración de acción, mejor estabilidad en medio ácido y mejor distribución en los tejidos. Asimismo, y en comparación con la eritromicina, en estos tres nuevos macrólidos se ha informado también una incidencia más baja de síntomas gastrointestinales y de cólicos abdominales. La azitromicina y la diritromicina no parecen competir por las mismas enzimas de metabolización hepática que la eritromicina, por lo que no se asocian a interacciones farmacológicas con este antibiótico.

    Conclusiones e implicaciones clínicas: En comparación con la eritromicina, los modernos macrólidos ofrecen la ventaja de presentar una menor incidencia de efectos secundarios gastrointestinales, así como unas pautas de dosificación de sólo una o dos veces al día. No obstante, y comparados con la eritromicina, su utilización habitual se ve limitada por el coste extraordinariamente elevado de estos nuevos antibióticos.