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La consulta dental como fuente de transmisión de enfermedades contagiosas

  • Autores: Beverly Bogner
  • Localización: Archivos de odontoestomatología, ISSN 0213-4144, Vol. 1, Nº. 1 (Diciembre), 1985, págs. 33-44
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • español

      La consulta dental típica contiene varias formas potenciales de transmisión de enfermedades contagiosas. Este trabajo analiza los riesgos de transmisión y revisa los métodos de prevención y control del herpes simple, de la hepatitis B y del SIDA.

      El virus del herpes simple se encuentra ampliamente extendido en la población general. Varios estudios han demostrado que el virus puede transmitirse desde el paciente al médico y desde el médico al paciente. El panadizo herpético es una forma dolorosa del virus que afecta sobre todo al odontólogo. La hepatitis B es otra de las preocupaciones de la profesión dental debido al gran número de portadores que existe en la población y su naturaleza de transmisión sanguínea y por saliva. El personal dental tiene de tres a seis veces más posibilidades de presentar una serología HBs positiva que la población general, y se supone que adquieren el virus a partir de sus pacientes. Ya que la mayoría de las infecciones por HBV son asintomáticas, es imposible aislar a todos los pacientes portadores del virus. El personal dental es capaz a su vez de transmitir el HBV a sus pacientes. Es difícil de determinar el número real de transmisiones médico-a-pacientes debido a los casos asintomáticos que nunca son diagnosticados. El virus del SIDA, Ha sido hallado en sangre y en la saliva y se trata de un virus linfotrópico de las células T humanas, variante III. Aunque no se han referido casos de transmisión de SIDA en una consulta dental, el descubrimiento de nuevos casos está alcanzando un índice enorme por lo que el personal dental debe hallarse preparado ante la posibilidad de tratar a pacientes con SIDA en la consulta dental. Deben emplearse los sistemas de prevención y control contra éstas y otras enfermedades contagiosas ante cada paciente tratado en la consulta, ya que es imposible reconocer a todos los portadores. Estos sistemas incluyen el uso de guantes, mascarillas faciales y gafas por los dentistas y sus auxiliares, el empleo de material desechable cuando sea posible y técnicas rigurosas de esterilización y desinfección para los instrumentos y el equipo dental. Un paso importante en la prevención de la hepatitis B es la administración de la vacuna contra la hepatitis B a todo el personal que mantenga un contacto directo con los pacientes. Esta vacuna ha demostrado ser segura y efectiva.

    • English

      The typical dental office contains several potential modes for transmission of communicable diseases. This paper examines the risks of transmission and reviews methods of prevention and control of herpes simplex, hepatitis B, and AIDS. Herpes simplex viruses are widespread in the general population. Studies have shown that the virus can be transmitted from patient to provider and from provider to patient. Herpetic whitlow is a painful form of the cirus which most affects the dental practitioner. Hepatitis B is another concerm to the dental profession due to the lage number of carriers in the population and the nature of transmission via blood and saliva. Dental personel are 3-6 times as likely to have positive HBV serology as the general population, It is assumed that staff members are acquiring the virus from their patients. Since most HBV infections are symptomatic, it is impossible to isolate all patients who are carriers of the virus. Dental personel are also capable of transmitting HBV to their patients. The actual number of provider-to-patient transmissions is difficult to determine due to asymptomatic cases which are never diagnosed. The AIDS virus, human T-cell lynphotropic virus, varient III, has been found in blood and saliva, and thus is of major concern to the dental profession. While there have been no documented reports of AIDS transmission in a dental office, the discovery of new cases is rising at a phenomenal rate and dental personnel must be prepared to deal with the possibility of treating AIDS patients in the dental office.Prevention and control mechanisms for these and other communicable diseases must be employed for every patient who is treated in the office since it is impossible to recognize all carriers. These mechanisms include the use of gloves, face masks, and protective eyewear by all dentists and auxiliaries, use of disposable items when possible, and rigorous sterilization and desinfection techniques for instruments, equipment, and operatory surfaces. An important step in the prevention of hepatitis B is the administration of the hepatitis B vaccine to al dental personnel witch direct patient contact. The vaccine has been shown to be safe and effective.


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