No es extraño que los temamos, dada su fama de asesinos despiadados. Los ataques de tiburones a humanos son raros, pero parece que van a más: en 2015 hubo 98 en todo el mundo, seis mortales. Menos conocido es el papel crucial que desempeñan en la ecología oceánica. En este número y en los dos siguientes examinaremos tres especies con muy mala fama: el tiburón tigre, el gran tiburón blanco y el tiburón oceánico. Conoceremos a científicos que aportan nueva luz sobre estas enigmáticas criaturas, de vital importancia para los mares, y no tan terroríficas como parecen.
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