El proceso de proyecto debe abordar un planteamiento inicial ciertamente contradictorio: resolver la correcta inserción del nuevo edificio en su entorno urbano próximo, que se traduce en el restablecimiento de la continuidad de los planos de fachada, sin renunciar por ello a las ventajas de la edificación exenta. Para la resolución de esta situación de conflicto se propone la creación de dos cajas, una dentro de otra: la primera será la responsable de abordar las cuestiones de orden urbano mientras que la segunda, liberada de las responsabilidades de contexto, podrá dedicarse con toda libertad a la consideración de los requerimientos residenciales. Entre ambas cajas construidas, se generará una serie de patios, verdaderas arquitecturas descubiertas, uno de los cuales llegará a alcanzar una importancia decisiva en el funcionamiento del espacio residencial.
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