La intervención debe considerar la adaptación de los niveles inferiores de un espléndido edificio del Ensanche de Barcelona, como sede de dos nuevas instalaciones museísticas, totalmente independientes. La primera de ellas, centrada exclusivamente en el mundo del Egipto faraónico, dispone de acceso directo desde la calle y se extiende fundamentalmente por el interior de una construcción levantada en el patio de manzana; la segunda, constituida básicamente por obras medievales del país, ocupa la planta primera del inmueble destinada en su origen a vivienda, y cuyo acceso se realiza desde la escalera general de vecinos. Los nuevos usos que se desarrollan en el interior apenas se ponen de manifiesto en el exterior del edificio, salvo en las ligeras modificaciones introducidas en los huecos de la planta baja.
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