Barcelona, España
Cincuenta años después del nacimiento de la Nouvelle Vague, sus herencias recibidas en el cine contemporáneo son inevitables. Figuras y motivos visuales; relatos, temas, rostros o lugares comunes; recursos estéticos y de lenguaje. Los ecos se manifiestan de diversos modos, cada filiación implica una relación distinta y por tanto una aproximación dispar para su análisis. Y sin embargo, tanto la academia como la crítica de cine siguen pensando en la Nouvelle Vague como un conjunto, un universo, una corriente o una tendencia estética. Pero, ¿existe una estética nouvellevaguesca? Y, si es así, ¿por qué abordar de nuevo su revisión histórica? A partir de las tesis de Deleuze sobre la imagen-tiempo y de la aseveración de Serge Daney según la cual la Nouvelle Vague contribuyó al paso de un cine del ideal a un cine de la alteridad, el artículo siguiente da respuesta a estas preguntas partiendo de la convicción que los cineastas franceses no crearon un estilo, sino que asentaron un método. Este método consistiría en poner en crisis una relación propia de la narración para hallar una nueva relación en términos de montaje y puesta en escena. En particular, el artículo sostiene que la Nouvelle Vague aboga por esta aproximación haciendo del filme el espacio que permite pensar la visibilidad de la imagen y su figurabilidad a partir de la búsqueda y la pérdida del objeto de deseo en el relato, de lo que resulta una lógica de las imágenes a medio camino entre la representación y la figuración. Para abordar el análisis, el artículo propone una revisión de las primeras obras de François Truffaut, Jean-Luc Godard y Alain Resnais, y el cine de Philippe Garrel como representante de la primera generación francesa después de la Nouvelle Vague.
50 years after the birth of the Nouvelle Vague, the inheritance that the contemporary cinema receives from it is inevitable. Figures and visual motifs; stories, themes, faces or common places; aesthetic and language devices. The echoes appear in various ways, each affiliation involves a different relationship and therefore a dissimilar approximation to its analysis. And yet, both the academy and the film critics maintain their will to think the Nouvelle Vague as a whole, a universe, a stream or an aesthetic trend. However, does a Nouvelle Vague’s aesthetic exist? And if so: why and how to address their historical revision? Taking Deleuze’s thesis on the time-image and Serge Daney’s assertion according to which 50 years after the birth of the Nouvelle Vague, the inheritance that the contemporary cinema receives from it is inevitable. Figures and visual motifs; stories, themes, faces or common places; aesthetic and language devices. The echoes appear in various ways, each affiliation involves a different relationship and therefore a dissimilar approximation to its analysis. And yet, both the academy and the film critics maintain their will to think the Nouvelle Vague as a whole, a universe, a stream or an aesthetic trend. However, does a Nouvelle Vague’s aesthetic exist? And if so: why and how to address their historical revision? Taking Deleuze’s thesis on the time-image and Serge Daney’s assertion according to which
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