El título de este artículo utiliza la noción de colaborador en el sentido de colaboracionista, es decir, de «cooperar a traición, como por ejemplo con la fuerza de ocupación enemiga en el propio país». La idea del colaborador entra en conflicto de inmediato, e introduciré brevemente modos en los que las colaboraciones entre arte y ciencia pueden considerarse cooperaciones a traición, tanto para los árbitros del gusto de las artes como para los de las ciencias. En resumen, sugeriré que antes de que se pueda producir un acercamiento, necesitamos una comprensión más matizada de las brechas que se establecen entre el arte de los nuevos medios, el arte contemporáneo mayoritario y el arte-ciencia o sciart. El artículo, basado en mis propias experiencias como artista que ha expuesto (con mayor o menor éxito) en los tres circuitos, procurará delimitar esta tierra de nadie, esta brecha. Mi intención es explorar la naturaleza de esta brecha entre los discursos del arte contemporáneo mayoritario, el arte de los nuevos medios y el arte-ciencia para poder atravesarla mejor.
The title uses collaborator in its less popular sense: “To cooperate treasonably, as with an enemy occupation force in one’s country”. The notion of the collaborator is immediately problematized and I will briefly introduce ways in which art-science collaborations can be seen as treasonable co-operations, by arbiters of taste from both the arts and the sciences. In brief, I will suggest that before rapprochement can take place, we need a more nuanced understanding of the gaps between art made with new media, mainstream contemporary art and sciart. My paper, drawing on my own experiences as an artist who has exhibited in all three circuits (with greater and lesser success) will seek to map this no man’s land, this gap. My intention is to explore the nature of the gap between the discourses of mainstream contemporary art, new media, and sciart in order that we might better traverse it.
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