María Luisa Parraguez Kobek, Alberto Ugarte Ortega, Georgina Campero Aguilar
Estados Unidos es el mayor consumidor de energía en el mundo, lo que acentúa sus prioridades de seguridad energética en la geopolítica del siglo xxi. El gas de lutita, como un recurso alternativo al petróleo, ha modificado los escenarios político y económico actuales. Le ha dado a Washington nuevas posibilidades de rediseñar sus políticas energéticas exteriores y nacionales para que se enfoquen en un desarrollo innovador y autosuficiente. La economía estadunidense es muy dependiente de los recursos energéticos; sin embargo, la revolución del gas de lutita ha ayudado al país a adquirir una estabilidad económica relativa dentro de una economía global volátil. El gas de lutita ha estimulado el desarrollo económico en la región norteamericana, al mismo tiempo que aumen tan las importantes preocupaciones respecto de su proceso de extracción, llamado fractura hidráulica o fracking.
The United States is the biggest energy consumer in the world, accentuating its energy security priorities in twenty-first century geopolitics. As an alternative to oil, shale gas has modified today's economic and global political scenario, providing Washington with new capabilities for redesigning its national and foreign energy policies toward innovative, self-sufficient development. The U.S. economy is highly dependent on energy resources; however, in the last decade, the shale revolution has aided the country in gaining relative economic stability in a volatile global economy. Shale gas has encouraged economic development in the North American region, while raising important environmental concerns about the extraction process called hydraulic fracturing or "fracking".
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