Mi relación con el Centro de Cálculo comenzó en marzo del año pasado, al recibir una carta de Mario Fernández Barberá, técnico de IBM en funciones de coordinador con el Centro, en la que me decía que creía que las experiencias que estaba llevando a cabo en mi obra se verían muy facilitadas con la ayuda de ordenadores electrónicos. Con su carta me enviaba algunos impresos con i nformación sobre las actividades del Centro.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados