La teoría de cuerdas y otras áreas de la física teórica moderna hacen predicciones que, al menos con los medios técnicos actuales, no pueden ponerse a prueba mediante ningún experimento.
Esa situación ha sido objeto de numerosas críticas. Para muchos físicos y filósofos, exonerar a una teoría física del requisito de verificación empírica supone abandonar el ámbito de la ciencia.
Por su parte, los partidarios de la teoría esgrimen a su favor algunas cualidades intrínsecas, como su enorme potencial explicativo o la falta de alternativas para formular una "teoría del todo".
Una nueva propuesta surgida en el ámbito de la filosofía de la ciencia ha defendido la legitimidad de esos argumentos no empíricos. Su validez implicaría la necesidad de redefinir el método científico.
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