Madrid, España
En la década de 1950, el MIT confió en la arquitectura como instrumento de expresión del programa de modernización y actualización de la institución y de su currículo académico. Y con la estratégica elección de Eero Saarinen, se identificaba con la nueva imagen de las grandes corporaciones tecnológicas de la economía post-bélica.
La elección del momento, el programa, la localización y el arquitecto constituyó un plan cuidadosamente calibrado. Lo que no supieron prever ni Saarinen ni el MIT, sin embargo, fue la dificultad de integrar humanismo y ciencia en una imagen arquitectónica coherente y estable, precisamente en 1950.
Tal integración de paradigmas enfrentados, trasladada a la arquitectura como la oposición entre tradición y avance tecnológico, dio lugar a un largo y profundo debate que solo finalizaría, hacia 1975, con la efímera y temporal victoria de los argumentos de la tradición. Una polémica entre dos componentes de la arquitectura que el discurso Moderno enfrentó en un debate sesgado desde uno y otra lado y que, habría que esperar a 1960 para que se explicitará, de modo crítico y teórico, en las posiciones encontradas de Reyner Banham y Colin Rowe. Sus discursos contrapuestos, contemporáneos de la Capilla y el Auditorio Kresge, aportan el contexto crítico en el que se inscriben los edificios de Saarinen y su controversia de escala internacional.
In the decade of 1950’s, the MIT relied on architecture as the vehicle for expressing the modernization and the updating of the academic program of the institution. And with the strategic choice of Eero Saarinen for the job, a link was established with the new image of the technological corporations of the post-war economy (IBM, Bell, General Motors, John Deere, etc.) Timing, program, location and architect constitute the strategic parts of a carefully calibrated plan.
However, what neither Saarinen nor MIT did foresee was the difficulty for the integration of humanism and science in a coherent and stable architectural image, precisely in the 1950’s.
The integration of such confronted paradigms, characterized within architecture discipline as the opposition between the operational lore and technological advances led to a long and thorough debate only to be somehow concluded by 1975 with the ephemeral and temporary victory of the arguments of tradition. A controversy between two diverse however distinctive architectural components, confronted by Modernism in a skewed debate from both sides and, by 1950, made explicit in the differences between Reyner Banham’s and Colin Rowe’s writings. Their conflicting arguments, contemporary to the Chapel and Kresge Auditorium, provide the critical context in which to inscribe Saarinen’s buildings and the wide international controversy they triggered.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados