A partir de la década del ´90, la salud sexual y reproductiva comienza a estar presente y ocupar un lugar importante dentro de las agendas de acciones mundiales sobre el Desarrollo. Esto puede evidenciarse en los acuerdos alcanzados en los distintos Encuentros y Conferencias Internacionales enrolados en tal dirección.En este contexto, se lleva a cabo la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (CIPD) en El Cairo en 1994 –organizada por ONU-. Este encuentro marca un punto de inflexión al ampliar la mirada de los antiguos debates normativos frente a la población.La CIPD logra acuñar nuevos conceptos para este campo como es “salud sexual y reproductiva”, además de trazar líneas de acción para el logro de la equidad de género. Asimismo se distingue por su acto de promover, bajo acuerdo internacional, la participación de los varones en los procesos de salud sexual y reproductiva responsable, arrojando luz a un campo que ha naturalizado e institucionalizado relaciones de poder y desigualdad género-sanitaria.El presente artículo propone el análisis de uno de los encuentros internacionales más relevantes en materia de Desarrollo y Población, que -abarcando diversos aspectos de ésta, como es la salud- planteó acciones para el diseño de Políticas Públicas a nivel global.Se parte del análisis de los avances trazados por la CIPD en materia de género y salud, y particularmente sobre la participación masculina -en un ámbito en que tradicionalmente se hallaba invisibilizada-. Comprendiendo la importancia de contar con decisiones políticas que visibilicen desiguales oportunidades de género en materia sanitaria e involucrando a los varones en este proceso.
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