Los mapas nos fascinan porque cuentan historias. Las corrientes bottom up facilitan la multiplicidad de narradores, y la creación de comunidades que fomentan el intercambio y reafirman la autoridad de los esfuerzos individuales al margen de la institución y las grandes compañías. Frente a los mapas que han definido el mundo durante décadas, ahora cada uno somos el centro de nuestros paisajes cartográficos: todas las distancias se miden desde el punto en el que nos encontramos, y a partir de ahí el todo se reorganiza y cambia de escala. Esta situación promueve un nuevo paisaje tecnológico, en ocasiones mediante la reivindicación de territorios o la visualización de datos, que hablan más del que mira que del objeto contemplado.
The maps tells us stories that fascinate us. The bottom up currents facilitate the existance of multiple narrators, and the creation of communities that foster exchanges and reaffirm the authority of individual efforts outside the institution and large companies. The maps have defined the world for decades, but now each of us are the center of our cartographic landscape: the distances are measured from the point where we are, and from there the whole reorganizes and changes of scale. This situation promotes a new technological landscap, sometimes by reclaiming territories or data visualization, speaking more of the beholder that the object contemplated.
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