Pasar del Real Madrid al Barça -o viceversa- es pecado sin opción a redención (y si no que se lo pregunten a Figo). Pero en política la cosa cambia. Tras la tormenta -si la hay- llega la calma. Por ideología, desavenencias, notoriedad... A continuación: el arte de cambiar de color político con nombres y apellidos.
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