La situación actualmente está cambiando. Dar satisfacción a los deseos necesidades y aspiraciones de los individuos cada vez se convierte en una tarea más ardua. Los nuevos retos que se plantean obligan a una novedosa restructuración de los parámetros hasta ahora vigentes. El ciudadano cada vez más interconectado con sus semejantes se posiciona como sujeto activo de la organización, que irremediablemente le acarrea sacrificios en aras del bien común. Los límites a la libertad de opción son una evidencia que pugnan como valores superiores la solidaridad y la dignidad humana. La autonomía individual sirve de sustrato para materializar los planes de vida del sujeto en la sociedad.
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