El pirata Francis Drake se convirtió de la noche a la mañana en el comandante de la Contraarmada inglesa, que luchó contra las flotas españolas por la anexión con Portugal. Pero su fracaso fue rotundo y la Reina Isabel I quiso "tapar" el deshonroso incidente, que ahora vuelve a ponerse de relieve en las páginas de Clío.
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