Aunque la cara más visible de la Directiva 2010/31/UE ha sido un recrudecimiento en las exigencias de aislamiento térmico de los edificios, plasmado en la modificación del Documento Básico HE, es a las estrategias que mejoren el comportamiento térmico de los edificios en verano a las que la directiva apremia para evitar el encarecimiento de la electricidad y la perturbación del balance energético de los estados miembros.
Sin lugar a dudas, los países con los climas más cálidos tenemos una gran tradición constructiva a la hora de evitar la excesiva radiación solar térmica en nuestros edificios, siendo un buen ejemplo de ello la estructura urbana de los centros históricos, la incorporación de los patios y el empleo de elementos de protección solar.
La internacionalización e importación de la arquitectura del norte de Europa, donde sus condiciones climáticas requieren grandes superficies acristaladas por motivos térmicos y lumínicos, promovió el empleo y desarrollo de elementos de protección móvil instalados en el interior del edificio. Sin embargo, con estos elementos, no se evita la entrada de la radiación solar en los espacios, fomentando el efecto invernadero, y a menudo se hace mal uso de ellos, siendo habitual tener estos dispositivos cerrados y la iluminación eléctrica encendida, elevando, por tanto el consumo energético de los edificios, por climatización y por iluminación.
Los elementos de protección solar exterior, bien diseñados, obstruyen la radiación solar en el periodo de tiempo que se requiera, mitigando, de este modo, el sobrecalentamiento de estos espacios así como la probabilidad de deslumbramiento por la presencia de luz directa que provoque un excesivo contraste. Los elementos más habituales para ello son los voladizos, las lamas, fijas o móviles, y los elementos textiles como los toldos.
Por otro lado, la evolución de la arquitectura nos proporciona diversos ejemplos de edificios emblemáticos envueltos en una segunda piel, generalmente creada por motivos estéticos, pero ¿no es esta piel sino un gran elemento de protección solar unitario y homogéneo del edificio? ¿Cómo afecta su diseño, a primera instancia, de geometría arbitraria, a las condiciones térmicas y lumínicas de los espacios a los que sirve?
Although the most visible aspect of Directive 2010/31/UE has been an upsurge in requirements for thermal insulation in buildings, reflected in the modification of the Basic Document HE, is to strategies which enhance the thermal performance of buildings in summer to which this directive promote to avoid an increasing of the costs of electricity as well as the disruption of energy balance of the member states.
Without doubt, countries with warmer climates have a large constructive tradition in avoiding excessive solar thermal radiation into our buildings, being good examples of this the urban structure of the historic city centres, the residential courtyards and the development of solar protection devices.
The internationalization and importation of architecture from the northern Europe, where local climatic conditions require large glazed surfaces due to thermal and lighting arguments, encouraged use and development of operable solar protection devices put in the inner side of the building. However, solar thermal radiation is not avoided to enter, having overheating as a result. Also, usually these devices are not well used and a common scenario is having the blinds closed and the electric light on, increasing, of course, the energy consumption in building, both for thermal and lighting conditioning.
The external solar protection devices, well-designed, block solar radiation during the time of the year required, mitigating, thus, overheating of these spaces, and the probability of glare due to the presence of direct sunlight producing excessive contrast.
The most common types of solar protection are overhangs, louvers, fixed or mobile, and textile items like awnings.
Furthermore, the actual evolution of Architecture provides several examples of iconic buildings covered by a second skin, usually designed by aesthetic reasons, but, is not this skin but rather a large, unitary and homogeneous solar protection device for the whole building? How does the design, at first instance of arbitrary geometry, affect the thermal and luminous interior building environment?
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