La comprensión del habla requiere de procesos generados desde el nivel periférico (ascendentes como la recepción y el análisis de los sonidos escuchados) y de procesos cognitivos generados en el nivel central del sistema nervioso (descendentes como el conocimiento de la estructura del lenguaje, el tema y el contexto). La contribución relativa de unos u otros dependerá de muchas variables, entre ellas los umbrales auditivos y las condiciones de la escucha. La eficacia de estos procesos estará también determinada por factores cognitivos y madurativos, incluyendo la memoria, la atención, la fatiga y el nivel de desarrollo del lenguaje. La medida en que cada niño puede utilizar ambos tipos de procesamiento afectará sus habilidades de percepción del habla en ambientes acústicos degradados (prueba 1).
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