Desde las primeras obseIVaciones de Casida (1948), el cual, suministrando sucesivas inyecciones de progesterona, lograba inhibir la aparición del celo y una sincronización posterior de las ovulaciones en el momento que cesaba el tratamiento, se han desarrollado multitud de sistemas que utilizan las hormonas esteroides solas o combinadas con otras hormonas como métodos de inducción de la ovulación.
La simulación de la fase luteal mediante progesterona o progestágenos, unida al efecto estimulante de la PMSG el día de la retirada del tratamiento progestativo, provoca la inducción de la ovulación y sincronización de celos en los animales en anoestro.
La utilización sencilla, práctica y rentable de estos tratamientos en el ganado vacuno ha dado lugar a diferentes metologías, cuyas características se describen a continuación
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