Estados Unidos
Este artículo explora la novela Sirena Selena vestida de pena, de Mayra Santos Febres y la relación que se establece entre su protagonista, un travesti puertorriqueño, y Hugo Graubel, un empresario dominicano. Propongo que el vínculo, inicialmente una transacción erótica bajo el control de Graubel, deviene un juego de inversión de poderes en el que la sexualidad de Sirena Selena obliga a Graubel a transgredir sus estatutos performativos y perder el poder que devenga como agente hegemónico. Así, la transacción erótica, que a primera vista no atenta contra las convenciones sociales ni sexuales de la sociedad caribeña, funge también como espacio de empoderamiento del sujeto queer, a través de la transgresión y la rearticulación identitarias.
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