A pesar del desarrollo reciente de técnicas biofísicas para dar imágenes de las funciones del cerebro en el animal íntegro (v.g tomografía de emisión de positrones, resonancia magnética nuclear), las sondas de perfusión intracerebral son aún el único medio directo de estudio de los fenómenos neuroquímicos in vivo. Sin embargo, estos instrumentos tradicionales de perfusión, por su naturaleza invasiva y la lesión que producen, reclaman nuevos diseños y mejoras. Hemos rediseñado la sonda clásica de perfusión -cánula concéntrica de infusión y extracción- modificando la geometría de su punta: La cánula de infusión se retrajo hacia adentro de la cánula externa (de extracción) para evitar que hiciera contacto con el tejido y lo erosionara; además, para aumentar la interfase de disfusión entre el tejido y el líquido de perfusión, se perforan ranuras en el cuerpo de la cánula externa. Esta sonda ranurada elimina prácticamente las lesiones accidentales por obstrucciones al flujo y los sangrados durante la perfusión, pero conserva la misma eficiencia de difusión que se obtiene con las sondas tradicionales. La sonda que hemos construido es de geometría idéntica a la nueva generación de sondas de diálisis intracerebral y comparte muchas de sus ventajas en cuanto a la protección del tejido. Al carecer de la barrera que establece una membrana de diálisis, permite el libre acceso al tejido cerebral. Estas sondas de perfusión, más seguras y eficientes, pudieran ser aplicadas en la clínica a corto plazo.
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