Resumen de Dr. William Bell, la inolvidable huella de uno de los padres de la cirugía ortognática moderna
Es indudable que la cirugía maxilofacial ha influido notablemente en el trabajo de los ortodoncistas. La valoración del paciente desde la perspectiva de una oclusión en clase I, como preconizaba Angle, ha cambiado radicalmente a una perspectiva que muy acertadamente Profitt denomina soft tissue paradigm. Es decir, la orientación del problema que presenta el paciente desde una perspectiva de los tejidos blandos, función muscular adecuada, respeto por el periodonto, estabilidad, vías aéreas más permeables y un diagnóstico que empieza por el análisis facial. Gracias a las enseñanzas de los cirujanos maxilofaciales, los ortodoncistas actualmente miramos muchísimo más la cara y valoramos los tratamientos primero desde una perspectiva facial, y después añadimos la información que nos aporta el estudio de la oclusión y de la valoración esquelética mediante las radiografías. Sin duda, han sido cirujanos maxilofaciales como el Dr. Arnett quienes nos han enseñado a mirar la cara y extraer conclusiones sobre ella. Tener una sistemática en la que se valoran los rasgos de la cara, los que están bien y los que no, y a continuación se proponen las soluciones posibles es una enseñanza que, sin duda, se ha popularizado mucho desde la cirugía maxilofacial.
