En el presente trabajo, analizamos el difícil escenario post Caseros en la campaña bonaerense a partir de la trayectoria del coronel Hilario Lagos, jefe del Departamento del Sur entre febrero y junio de 1852. En primer lugar, intentaremos mostrar el derrumbe del aparato militar rosista y la virtual desmilitarización de la campaña. En segundo lugar, examinaremos los intentos por recomponer la autoridad miliciana y militar y las áreas de fricciones entre los comandantes y las autoridades civiles, como los jueces de paz. Prestaremos especial atención a la frontera sur y a la continuidad de las figuras intermedias en la gestión de las relaciones interétnicas.
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