En este ensayo se trata de analizar el tipo específico de ateísmo que caracteriza y peculiariza al pensamiento filosófico contemporáneo, representado en tres autores: Marx, Nietzsche y Freud. Para todos ellos la religión es una ilusión que debería quedar superada y desplazada por la ciencia, el progreso de la civilización y la autosuperación del individuo. La religión es el fruto de una proyección subjetiva, es decir, de una invención a la vez individual y colectiva, de naturaleza compensatoria, propia de un estadio infantil e inmaduro de los individuos y de la sociedad que debería superarse para acceder a una situación de más libertad, de más salud psíquica y, en definitiva, de mejor realización humana. Por eso, estos tres pensadores exhiben su ateísmo en íntima conexión con una crítica de la cultura cuyo fin es propugnar una liberación del ser humano de todo aquello que lo aliena, lo anula o lo neurotiza, es decir, de todo aquello que le impide ser todo lo que los seres humanos podríamos llegar a ser. No se trata, por tanto, de una destrucción de lo religioso como dimensión existencial propia y distintiva de lo humano, sino de una crítica de determinadas expresiones que la religión y la fe en Dios han adoptado en nuestra cultura.
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