La constricción y el cierre del conducto arterioso fetal tienen una prevalencia desconocida, debido a que la mayoría de estos casos no tiene trascendencia clínica, pero se sospecha que muchos de ellos no son detectados por falta de experiencia del ultrasonografista. Presentamos el caso de una gestante quien recibe una dosis de metamizol y a la evaluación ultrasonográfica se encuentra regurgitación tricuspídea fetal. Ante la evaluación del conducto arterioso se halla constricción del mismo. Se realiza una revisión sobre la asociación entre la insuficiencia tricuspídea y la permeabilidad del conducto arterioso. La lección de este caso es que el hallazgo de insuficiencia tricuspídea debe motivar la evaluación del conducto arterioso por una persona entrenada u optar por la referencia a un centro de mayor experiencia.
Both fetal ductus arteriosus constriction and closure have an unknown prevalence because most of these cases have no clinical significance, but there is a suspicion that many of them are not detected due to lack of training of the sonographer. We report the case of a pregnant woman who received a dose of metamizole and the fetal echocardiographic examination showed tricuspid regurgitation. We review the association between tricuspid regurgitation and ductus arteriosus patency. The lesson of this case is that the finding of tricuspid regurgitation should prompt evaluation of the ductus arteriosus by a trained person or either opts for referral to a center with more experienced professionals.
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