El desastre de Exxon Valdez en Canadá (1989)en que derramaron 262 mil barriles de petróleo en las aguas de Alaska cambió la conciencia de los norteamericanos para bien. Comienzan a preocuparse, les gusta ser ecologistas. Se espera que no sea moda o novelería y que asuman el liderazgo para salvar al planeta, pues la deforestación, el incremento de la población, la quema de combustibles fósiles, el calentamiento global, el agujero de ozono sobre la Antártida dejan intuir que la Tierra está en grave peligro. Se recomienda entonces optar por un desarrollo sustentable.
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