Este artículo reflexiona sobre la presencia de los narradores en las historias cortas para adultos de Roald Dahl, de manera especial sobre aquellas en las que la narración está en boca de alguno de los propios personajes. Tras subrayar la presencia de elementos comunes a estas narraciones, mi propósito es analizar la presencia del narrador en uno de sus relatos más conocidos, “Taste”, y mi principal hipótesis es que un análisis cuidadoso de su presencia enriquece en gran medida la lectura. Si bien la narración corre a cargo de un personaje secundario, cuyo papel en el desarrollo de la acción podría considerarse mínimo, su participación como narrador/comentador del relato permite abordar cuestiones de identidad, ya sea de género o clase; es más, el concepto de mirada de John Berger se muestra como un elemento muy útil para develar las simpatías del narrador con una sociedad regida por parámetros patriarcales y clasistas.
This article reflects on the presence of narrators in Roald Dahl’s short stories for adults, especially those in which the account is carried out by one of the characters. After underlining a number of features common to these narratives, it’s my aim to analyse the presence of the narrator in one of his most well-known short stories, “Taste”, and my main contention is that a careful consideration of this presence enriches the reading of the story. Even though the narration is carried out by a secondary character, whose role in the development of events might be minimum, his participation as narrator/commentator of the events allows to address both gender and class issues; furthermore, John Berger’s concept of gaze becomes a very useful element with which to uncover the narrator’s sympathies with a society ruled by patriarchal and classist parameters.
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