En este artículo se expone la necesidad de articular una nueva ética universalizable que pueda ser aceptada por todas las tradiciones morales y culturales. Para ello el autor señala cuáles son las bases teóricas fundamentales sobre las que se puede basar la construcción de esta nueva ética. En concreto, los elementos conceptuales sobre los que se puede fundamentar esta ética son la laicidad, la interculturalidad y los derechos humanos como punto de partida textual sobre el que situar la nueva articulación de derechos y libertades. El camino que se debe recorrer para ello es el diálogo intercultural e interreligioso y una lectura de los derechos humanos que supere una interpretación antropocéntrica y etnocéntrica de los mismos. En un mundo tan multicultural y globalizado como el que vivimos y con una desigualad mundial creciente la elaboración de una nueva ética parece una urgente e inaplazable tarea.
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