El desarrollo económico y social que ha experimentado la humanidad en el último par de siglos ha sido sin precedente, propulsado por avances tecnológicos que han permitido superar la hambruna y extendido la expectativa de vida en buena parte del mundo. Ello se ha reflejado en increíbles aumentos de productividad en la agricultura, desarrollo industrial, avances en comunicaciones, transporte y uso energético.
Pero ello ha traído consigo aumentos de emisiones de CO2 desde la era industrial, cuyas proyecciones son algo impredecibles. Sin embargo, un consenso crecientemente generalizado apunta a la necesidad de revertir dichas emisiones para evitar aumentos de temperatura media mundial a menos de dos centígrados. El Acuerdo convenido en Paris sobre el cambio climático provee un marco para los diversos esfuerzos que deberán emprenderse en esa dirección. Los compromisos, que cubren 195 países implican inversiones del orden de US $16,5 trillones en generación de renovables y eficiencia energética de aquí a 2030, según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía. Ello requerirá reducciones considerables en inversiones en hidrocarburos, aumentos de costo de emisiones, reducción de deforestaciones, reingeniería de fuentes intensivas en uso de energía, transformaciones profundas en los sistemas de transporte.
Nada de esto vendrá por sí sólo o será política, económica y técnicamente fácil. El énfasis debe en adelante enfocarse en cómo se debe transitar del dicho al hecho, sin afectar negativamente el desarrollo económico. Este artículo tiene por objeto dirigir la atención a cuatro temas álgidos que estos acuerdos implican, y orientar en adelante los esfuerzos hacia temas de viabilidad y efectividad.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados