Mario J. Lutereau, Jorge Uribe Echevarría
El empleo de un ácido como agente acondicionador, preconizado por BUONOCORE en 1955, con la finalidad de retener sobre la superficie dentaria una resina acrílica, y el posterior advenimiento de las resinas compuestas o composites, desarrolladas a partir de los trabajos de Bowen, trajeron consigo la concreción de una técnica que en el campo de la Odontología moderna beneficia ampliamente a todas las especialidades que la integran. Muchas son las ventajas que aporta esta nueva tecnología, pero a pesar de las mismas, la literatura mundial y los hechos cotidianos de la clínica demuestran que aún quedan numerosos problemas por resolver y que a pesar de los éxitos obtenidos hasta el presente se está lejos de alcanzar la llamada Odontología arquetípica.
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