Cáncer y dolor orofacial

• Marcela Romero-Reyes ^[1] ; Daniela Salvemini
  1. [1] New York University

     New York University

     Estados Unidos

     
• Localización: Medicina oral, patología oral y cirugía bucal. Ed. española, ISSN 1698-4447, Vol. 22, Nº. 1 (Enero), 2017, págs. 26-31
• Idioma: español
• Títulos paralelos:
  • Cancer and Orofacial Pain
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• Resumen

  • Antecedentes: El dolor ocasionado por cáncer es una condición devastadora. El dolor en la región orofacial, puede estar presente como único síntoma de cáncer o como un síntoma del mismo en etapas posteriores. Este trabajo revisa de forma integral el contenido de la conferencia titulada "Orofacial Pain and Cancer" (Dolor Orofacial y Cáncer), presentada en el VI Simposio Internacional "Advances in Oral Cancer" del 22 de julio de 2016 en Donostia.

    Material y Método: Hemos revisado (Pubmed-Medline) en la literatura más relevante, incluyendo revisiones, revisiones sistemáticas y casos clínico, el significado, los mecanismos y los mediadores del dolor facial asociados al cáncer basados en la evidencia científica, los diversos tipos de cánceres que pueden estar presentes en la región craneofacial o localizaciones distantes que pueden referir dolor en dicha región, además de las terapias contra el cáncer que puedan inducir dolor en la región orofacial, así como discutir algunos de los nuevos avances en la terapéutica del dolor.

    Resultados: Aún existe una falta de comprensión de la fisiopatología del dolor por cáncer ya que depende de la heterogeneidad intrínseca, el tipo y la localización anatómica que el cáncer puede presentar, constituyendo un reto para la creación de mejores opciones terapéuticas. El dolor orofacial puede surgir de efectos tumorales regionales o distantes del tumor o como consecuencia de la terapia del cáncer.

    Conclusión: El clínico debe ser consciente de que este dolor puede presentar las características de cualquier otro trastorno orofacial doloroso, por lo que es necesario dar un diagnóstico diferencial cuidadoso. El diagnóstico de dolor por cáncer se realiza por exclusión y sólo se puede alcanzar después de una historia médica minuciosa, una vez que todas las etiologías comunes han sido cuidadosamente investigadas y descartadas. Las actuales herramientas de manejo del dolor no son óptimas, pero hay esperanza de nuevas, más seguras y eficaces terapias que están por venir en los próximos años.