En su prólogo, Aguilar deja en claro el sentido de lo siniestro que alienta estas narraciones. Nos confiesa que su camino como escritora surgió después de la lectura del cuento de Jorge Luis Borges "La casa de Asterión". En él, el autor convoca la voz de una criatura monstruosa, el Minotauro, para que la historia heroica de Teseo sea contada desde otro punto de vista, el del desdichado ser mitológico encerrado en el laberinto de Creta. ¿Cómo nadie había pensado en lo que podía sentir el Minotauro? Cambia el eje al cambiar la posición del narrador.
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