La imagen del buen pastor tiene muchos precedentes en el Antiguo Testamento. Sin embargo, parece ser sometido a una progresión constante en el Nuevo Testamento: en los evangelios sinópticos y cartas apostólicas, se convierte en el compasivo Pastor, vigilando sobre su rebaño eclesial. Se llega entonces a una culminación en el Cuarto Evangelio, donde se establece una relación aún más íntima, intensa y apasionada entre Pastor y ovejas. Su deseo de morir para ellas podría ser llamado el más completo desarrollo de la figura de Pastor en las Sagradas Escrituras.
The image of the Good Shepherd has many Old Testament precedents. It seems to undergo a steady progression in the New Testament: within the Synoptic Gospels and Apostolic Letters, he becomes the compassionate Chief Shepherd watching over his ecclesial flock. A highpoint is reached in the Fourth Gospel where an even more intimate, intense and passionate relationship is established between Shepherd and sheep. His willingness to die for them could be called the most complete development of the shepherd imagery in Scriptures.
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