Irene Montero se ha estrenado en la Portavocía de la formación morada consolidando un Podemos en el que las mujeres ganan peso de puertas afuera, en un giro que trata de contrarrestar las críticas que había recibido el partido por lo que se percibía como un “exceso de testosterona”. Así, Montero se corona oficialmente como la figura clave que ha venido siendo en Podemos durante el último año, con una influencia tal que le ha llevado a concentrar las iras del errejonismo, que tras su derrota en Vistalegre queda relegado al ‘gallinero’, tanto literal, en la nueva distribución de escaños en el Congreso, como figuradamente, en el nuevo organigrama del partido.
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